jueves, 25 de octubre de 2012

Inhibición del mordisco


Enseñar a nuestro perro a inhibir su mordida, es sin duda, uno de los aspectos fundamentales de su educación. Un perro al que no se le he enseñado a inhibir su mordida, puede ser un perro peligroso, incluso, cuando juega.
Hay tres maneras importantes de enseñar al perro a controlarse a la hora de morder:
La primera es que el cachorro tenga muchos compañeros de juegos caninos. Ellos son los mejores maestros. Los cachorros aprenden a regular su fuerza al morder, jugando con otros perros. Estos actúan de la siguiente manera: si un perro muerde muy fuerte, el otro perro se quejará y dará por finalizado el juego, aunque sea por unos segundos. La siguiente vez, se lo pensará dos veces, y no morderá tan fuerte, ya que lo que quiere es seguir jugando.
La segunda es que nosotros mismos enseñemos al perro a no morder nuestras manos. A los cachorros les encanta y lo hacen siempre jugando. Nosotros imitaremos la forma en que los perros se enseñan los unos a los otros. Cuando sintamos que nuestro perro nos muerde con fuerza, diremos ayyyyyyyyyy, y dejaremos de jugar con él durante unos segundos, ignorándole. Tras esos segundos reanudaremos el juego y repetiremos la secuencia una y otra vez. Si sentimos que el mordisco ha sido especialmente fuerte, podemos incluso abandonar nosotros la habitación donde estemos, por un período de unos 30 segundos. Se acabó el juego, me has hecho daño… eso es lo que nosotros queremos transmitirle a nuestro perro. Después, volvemos a jugar, sin rencor, sin represalias.
Es muy importante hacerlo en el momento correcto, porque si terminamos el juego cuando el perro nos está mordiendo suavemente pero lo continuamos cuando nos esté mordiendo fuerte, le enseñaremos justo lo contrario de lo queremos, le enseñaremos a morder fuertemente.
Hay que practicar estos ejercicios durante un tiempo y en diferentes lugares, para que el perro pueda generalizar el aprendizaje. También es importante que lo hagan diferentes personas, para que el perro aprenda que todos los humanos somos así de sensibles.
No es aconsejable que lo practiquen los niños muy pequeños, más que nada porque como ya hemos dicho, el ejercicio requiere cierta coordinación y la realización en el tiempo exacto. No podemos exigirle tanto a nuestros pequeños.
No creo que deba castigarse nunca al cachorro por morder fuerte, esto lo único que puede generar en el perro es miedo y además, así, no se le enseñará a inhibir el mordisco, sino a no morder jugando. El problema de esto, es que el día que decida morder, lo hará y lo hará con fuerza. Otra razón por la que no se deben usar los castigos,es que los cachorros no pueden controlar completamente sus impulsos, por lo que aunque tu perro esté aprendiendo o haya aprendido a inhibir su mordida, el entusiasmo a veces no le dejará darse cuenta de que en realidad lo está haciendo. La forma de actuar será siempre la misma. La constancia es la base de una buena educación.
La tercera es enseñarle a no morder/agarrar algo que no deseamos y a soltar una vez que ha mordido/agarrado algo que no deseamos con su boca. Aunque hayamos enseñado a nuestro perro a que muerda/agarre suavemente, también nos interesa que en muchas ocasiones, suelte aquello que tenga en la boca. Se trata de enseñarle que no hay problema en que agarre cosas con su boca, pero que tiene que soltarles si se le ordena y por supuesto, también nos interesa que no ande agarrando, mordiendo por ahí, cualquier cosa que vea.
Para ello, practicaremos la orden “deja” y la orden “suelta”.
La orden “deja” podemos enseñársela de la siguiente manera: necesitamos unas bolitas de su comida habitual (pienso) y unos trocitos de algún premio especial (salchichas, queso….). En nuestro mano derecha ponemos las bolitas de pienso y en la mano izquierda los trocitos de premios. Enseñamos dos o tres bolitas de pienso de nuestra mano derecha al perro y se las dejamos comer. Repetimos esto tres o cuatro veces. Volvemos a enseñar al perro dos o tres bolitas de pienso de nuestro mano derecha (mientras nuestra mano izquierda con los premios especiales está cerrada y a nuestra espalda), pero en esta ocasión, cuando el perro vaya a comerlas, le decimos “deja” mientras cerramos la mano y le impedimos comerlas. El hará de todo para intentar comérselas, no dará con su hocico en la mano, con la pata, etc… hasta que deje de intentarlo y mire para otro lado o con suerte, nos mire a nosotros…. Entonces le decimos muuuuuuuuy bien “toma” y sacamos nuestra mano izquierda con los premios y se los damos. Esto habrá que repetirlo tantas veces como sea necesario para nuestro, cambiando de mano, poniendo la comida en el suelo, en lugar de en la mano (pero impidiendo siempre que la coja) en diferentes lugares y con diferentes distracciones.
La orden “suelta”, se puede enseñar de la siguiente manera. Le damos al perro un juguete que coja fácilmente con la boca. Cuando el perro lo tenga en la boca, le enseñamos algo que le guste tanto o más que ese juguete (puede ser comida muy rica). En el momento en que vaya a soltar el juguete para coger el trozo de comida, le decimos “suelta” e inmediatamente le damos el premio. Este ejercicio hay que repetirlo tantas veces como sea necesario, en diferentes lugares y con diferentes distracciones.. Después tendremos que dejar de usar el “señuelo- comida”.

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